La geografía, como veremos, ha condicionado la historia de los pueblos y las civilizaciones.
La geografía de Grecia se caracteriza por dos elementos que están ligados indisolublemente a su historia: las montañas y el mar. La superficie montañosa de Grecia dificultaba que sus habitantes se comunicaran por tierra; de ahí que aprendieran a hacerlo por vía marítima. No hay ningún punto del territorio griego que diste más de 90 kilómetros de la costa, así que no es difícil imaginar que, ya en la Antigüedad, los griegos se sintieran, sobre todo, marineros.
Por su parte, Roma está situada en el centro de Italia, en la región del Lacio, a orillas del río Tíber y a unos 20 kilómetros del mar Tirreno. El Tíber fue esencial para el desarrollo de Roma, ya que comunicaba la ciudad tanto con la costa como con el interior de la península itálica. Roma, a su vez, se encuentra en el centro del Mediterráneo, el mar que los romanos llamaron Mare Nostrum, «nuestro mar», puesto que ya en el siglo II d. C. todos los territorios bañados por este mar estaban bajo el dominio romano. Así que el marco geográfico de Roma también condicionó la historia de esta ciudad y se puede decir que del mundo entero.
I.1. Geografía de la Antigua Grecia
En muchas ocasiones la geografía condiciona el carácter y la historia de los pueblos.
- Grecia es un país montañoso. Esto unido a sus numerosas islas, determina un país de pequeñas comarcas; hecho que, en época antigua, facilitó la división política y la diversidad dialectal.
- Grecia es un país marítimo. El mar es el fenómeno geográfico más sobresaliente de Grecia (ningún punto está a más de 90 km. del mar). Desde época temprana su vida se proyectó al mar. Dispusieron de magníficos puertos.
- La vegetación es la típica de los países mediterráneos: matas olorosas (tomillo, romero...), pinos y cipreses y, sobre todo, frutales, cereales, vides y olivos, aunque su producción es pequeña, porque solo el 18% del terreno es arable.
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Grecia La Grecia continental
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Geografía de Grecia [Autoevaluación]
I.2. Geografía de la Antigua Roma
Roma
Marco histórico y
geográfico
Las características físicas de la península itálica
La Península itálica se encuentra situada en el sureste de Europa, justo en el centro del Mediterráneo, hecho que facilitó el control que Roma ejerció en las tres riberas de su cuenca, la europea, la africana y la asiática.
Con una disposición longitudinal, la famosa bota limita al norte con los Alpes, al sur con el mar Jónico, al este con el mar Adriático y al oeste con el Tirreno. Su relieve está dominado por dos cordilleras, al norte los Alpes que constituyen una barrera casi infranqueable que la separa de centroeuropa, y los Apeninos, cordillera de menor altura que recorre todo su territorio de norte a sur, pero con numerosos pasos naturales que facilitan la comunicación entre los dos mares.
El resto de la península está formado por llanuras y suaves colinas. La costa es en su mayor parte baja y rectilínea por lo que escasean los puertos naturales, excepto en la Campania, al sur del Lacio.
Sus principales cuencas hidrográficas el Po al norte, el Arno en la Toscana y el Tíber en el centro, irrigan las fértiles vegas italianas.
La influencia marítima determina el dominio de un clima Mediterráneo de escasas lluvias, inviernos suaves y veranos calurosos, a excepción de la zona próxima a los Alpes.
La existencia de amplias llanuras y suaves colinas, junto con el dominio del clima mediterráneo y la falta de puertos naturales, explica que los romanos, a diferencia de los griegos, fueran un pueblo de campesinos y no de marineros. Se cultivaba principalmente cereal, vid y olivo, en rotación con hortalizas en las vegas de los ríos, donde también abundaban los frutales. Por el contrario, en las zonas más abruptas dominaba el pastoreo. Respecto al subsuelo, el norte y el centro de Italia presentan ricos yacimientos de hierro, cobre, plomo y bronce, minerales que fueron la base de la civilización etrusca.
Estándares.
1.1. Señala sobre un mapa el marco geográfico en el que se sitúan en distintos períodos las civilizaciones griega y romana, delimitando su ámbito de influencia, estableciendo conexiones con otras culturas próximas y ubicando con precisión puntos geográficos, ciudades o restos arqueológicos conocidos por su relevancia histórica.
2.1. Enumera aspectos del marco geográfico que pueden ser considerados determinantes en el desarrollo de las civilizaciones griega y latina aportando ejemplos para ilustrar y justificar sus planteamientos.