La época helenística y romana.
Comprende desde la muerte de Alejandro, en el 323 a. C. hasta el 31 a. C.
A lo largo de medio siglo, los generales de Alejandro se vieron envueltos en continuas guerras por el poder, hasta que finalmente el imperio quedó dividido en grandes reinos, entre los que sobresalieron :
En todos estos reinos encontramos rasgos comunes:
La Grecia propiamente dicha se hundió cada vez más, tras la euforia inicial del progreso económico posterior a las conquistas de Alejandro Magno, debido a que las rutas comerciales se desviaron y el Oriente se autoabastecía.
Políticamente los griegos estaban sujetos a los reyes de Macedonia, con quienes estuvieron en continuos conflictos. Hacia el 200 a. C. los romanos, que ya habían conquistado Italia y Sicilia, comenzaron a intervenir en los asuntos internos de Grecia a favor de unos u otros, según sus intereses. En el 166 a. C. acabaron con la dinastía de Macedonia y en el 146 a. C. (destrucción de Corinto) pusieron fin a la ficción de una Grecia independiente y la transformaron en una provincia más de su imperio.
Lo mismo sucedió con los reinos y las ciudades de Asia. En el año 31 a. C. el emperador Augusto se anexionó Egipto, tras vencer a Cleopatra, su última faraona, y Marco Antonio en la batalla de Accio. Egipto era el último reino helenístico aún independiente.